martes, 22 de septiembre de 2009

3.- Frágil y fugaz

Esta es, probablemente, la mejor canción que escribí en mi vida, y la más misteriosa en su origen. Lamentablemente, nunca me he sentido satisfecho con mis distintas versiones de ella. Probablemente otro intérprete le haga más justicia. Hasta último momento Liliana Herrero iba a cantar aquí, pero por sus miles de compromisos no pudo ser, pese a su buena predisposición.
La idea central me la proveyó mi amigo Oscar Nocetti, en un momento muy zen, mientras yo atravesaba la parte más dura de mi primer divorcio. La conversación, que me llevó a una extraña epifanía, rondaba alrededor de cómo la fugacidad y la fragilidad son parte de la belleza. Hoy es primavera y lo vemos con claridad. Los perfumes que hoy nos embriagan, por definición, no durarán. No debemos apegarnos a ellos, sólo disfrutarlos mientras están. No debemos intentar poseerlos. En todo momento, estas imágenes me evocaron las pinturas de paisajes orientales, como las que tomé prestadas para el video. De aquella conversación hoy hace, exactamente, siete años. Feliz cumpleaños, Oscar.
Me llevó un tiempo poder plasmar estos conceptos tan inasibles en una canción. Y ocurrió de un modo totalmente repentido e inopinado. Yo estaba en Brasil, cuatro meses después, en un viaje solitario que intentaba culminar aquel duelo. Pero estaba solo y no la estaba pasando necesariamente muy bien. Una mañana, en una playa de Portobello, mientras caminaba, comencé a cantar estas estrofas, que fueron saliendo una a una, y al cabo de media hora la canción ya estaba allí. Ni siquiera tenía una guitarra para comprobar la armonía. Tampoco tenía clara la imagen de una mujer a la que dirigir la plegaria.
La primera estrofa está inspirada en la canción "Rose music" de Arto Lindsay, grabada en el disco "Beauty" de Ryuichi Sakamoto: "Does a rose lose its colour in the rain?", mezclada con un pensamiento recurrente en mí por aquella época, la idea de que bajo la luna todo se ve en blanco y negro. Luego vino la evocación del río y sus piedras eternas, que me venía de un reciente viaje a Catamarca donde había redescubierto ese placer. Está la idea de que la eternidad debe parecerse al amor, la idea de que los amantes se llevan algo físico del otro, la idea de que el amor implica y necesita del dolor, como la rosa incluye a sus espinas "que me hacen sangrar, y me hacen cantar".
Hay algo clásico y bastante fascinante en comenzar hablando de la rosa, como en una lección de latin, en un texto de Borges o en la novela de Umberto Eco.
Vuelto de Brasil, la primera ocasión en que tuve una guitarra en mis manos (fue la primera noche, en casa de Henry) toqué la canción, de punta a punta, sin revisar la armonía a medida que ésta progresaba (y aclaro que no es una armonía demasiado sencilla). Si existen las musas, ese día estaban conmigo. Y también estaba Chico Buarque, a cuya "Futuros amantes" esta melodía evoca vagamente.

La letra:


¿Acaso la rosa pierde su color
bajo de la luz de la luna, mi amor?
ay! yo no lo sé, ay! yo no lo se.


¿Acaso las piedras pierden todo filo
tras años de estar bajo el agua del rio?
ay! yo no lo se, ay! yo no lo se.


Mas sé sin dudar que el misterio final
no será distinto a esta forma de amar
y sé que no hay nada de bello que no
sea también, a la vez, frágil y fugaz.


¿Acaso mi cuerpo se lleva tu olor,
acaso un hueco de mí queda en vos?
supongo que vos, que vos lo sabrás.


Por eso mi amor, no me ahorres dolor
amo las espinas que cubren tu flor
y me hacen sangrar, y me hacen cantar.

Y sé sin dudar que el misterio final
no será distinto a esta forma de amar
y sé que no hay nada de bello que no
sea también, a la vez, fragil y fugaz
fragil y fugaz, frágil y fugaz.

5 comentarios:

  1. uf artista!! estos boleros me dejan de cama!! los tengo contraindicados por razones terapeuticas.
    es precioso!!
    felicitaciones

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  2. Gracias, amigo XX. Me encantaria poder agradecértelo más personalmente.
    Detalle que olvidaba: la versión final de esta canción tiene grabado, en el pasaje instrumental tras el estribillo, una guitarra portuguesa que mi amigo Oscar Nocetti (oh casualidad) me trajo de Lisboa.

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  3. Hay solo tres músicos tocando aquí: Jorge en batería, udu y bajo eléctrico, un servidor en guitarras española y acústica, la guitarra portuguesa (que en esta mezcla no estaba aun) y la mandolina que luego fue descartada. El resto es John Stowell volando muy alto por encima de todo eso...

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  4. Esto me escribió ayer Liliana Herrero:
    "alberto muy hermoso el disco felicitaciones!!!!!. El tema que yo hubiera cantado es realmente hermoso y creo que quedó precioso en tu versión
    Fuerte abrazo
    liliana"

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  5. Bello hermano... te extraño
    ¿.Acaso la rosa pierde su color
    bajo de la luz de la luna, mi amor?
    ay! yo no lo sé, ay! yo no lo se.
    ¿Es la luna en Santa Rosa mas bella que en Catamarca?
    El aroma de la Rosa...
    Y mi papa acunandome en sus brazos y cantándome Ani capullito de Rosa... Un beso.

    Analia

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