miércoles, 30 de septiembre de 2009

Cada vez que decimos adiós

Este es un documento de la presentación del pasado viernes 25 de setiembre en el Teatro Español, donde presentamos tres canciones del disco: "MPB", "Te regalé unas cuentas indias" y "Separación de bienes". Pero quiero compartir este otro tema, porque me encanta Cole Porter, me encanta cantar standards de jazz, y creo que esta comunicación que tuvimos con John fue mágica. Espero que lo disfruten.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Mensajes demoníacos




Esta es la sesión en que grabamos a Juli hablando al revés, sus mensajes demoníacos.

jueves, 24 de septiembre de 2009

El Salvador - La letra

En El Salvador, escuadrones mortales
En el Perú, casi nunca se sabe
En el Brasil, nuevos bandeirantes
En Colombia, narcotraficantes

En Bolivia, será quizás el hambre
En el Caribe, tal vez, un amante
Pero aquí en Santa Rosa te matan
Todas las cosas que te faltan

Por ejemplo, los amigos
Que se fueron tras la vida
Que, como sabemos, queda en otra parte

Por ejemplo, el mar ausente
Aquel que fuimos algún día
Y del que seremos siempre eternos náufragos

Por ejemplo, los proyectos,
el futuro que era ahora
y que cada vez parece más lejano

En Algarrobo del Aguila, un río,
En Victorica, el Asado del siglo
Pero aquí a la historia la escriben
La terminal, la distancia y el frío

5.- El Salvador

Conocí Santa Rosa a principios de 1983, poco después de la muerte de mi padre. Para mediados de 1986 ya estaba viviendo aquí. Creo que fue un amor a primera vista, pese a que la ciudad no siempre me correspondió. He vivido aquí la mayor parte de mi vida.
Las dos novelas que publiqué ("El monstruo en la laguna", 1992 y "Vamos por partes", 2000) la tienen por escenario. Para el momento de editarse la primera de éstas, "El Salvador" ya había sido compuesta y estrenada, en el Teatro Español, en un concierto que abrí para Liliana Herrero. Desde entonces la letra ha tenido una pequeña modificación que creo la mejora un poco.
No sé si mis obras dedicadas a Santa Rosa la reflejan o la honran. Últimamente tengo la sensación de que me persigue una maldición: mis ofrendas no hacen más que bloquear al ser homenajeado.
En cualquier caso, he intentado vestir a la ciudad con invenciones, con fantasías y sueños, con historias, con melodías. Intenté pintar la aldea, aunque sea con brocha gorda.
En esta canción hay una enumeración de cosas, en las que el verbo o motivo de la enumeración sólo se revela al final. En el caso de las dos primeras estrofas, son las cosas que " te matan". En el de la tercera, la cuestión de quién o dónde se escribe nuestra historia.
Hago alusión a los amigos ausentes, porque mis primeros amigos en la ciudad tenían, casi todos, a su vez, amigos que habían emigrado fuera del país, y esas ausencias me resultaban fascinantes. Me hacían desear ser amigo también de aquellos viajeros distantes, como de hecho afortunadamente y en algún caso llegué a serlo luego cuando volvieron.
Ahí hay una cita a Milan Kundera, lo de "la vida está en otra parte".
Cuando hablo del mar ausente, del que somos náufragos, refiero por supuesto una verdad geológica incontrastable (la pampa alguna vez fue lecho del un mar), como también, la manera en que esa verdad ha sido resignificada por Ricardo Nervi (en canción que musicalizara Alberto Cortez: "La pampa es un viejo mar") y Miguel de la Cruz (con música de Raúl Fernandez Olivi: "Canción Mariterránea"). Dicho sea de paso, Raúl fue el primero en grabar "El Salvador", en su disco "Sillas vacías" (2002).
Luego, cuando menciono "el futuro que era ahora", además de poner los tres tiempos verbales en una sola oración, hago una obvia cita de la consigna del Mayo Francés de 1968, pero también de Peter Hammill, quien actuó en Santa Rosa en un espectáculo que produje, en el que precisamente cantó esa canción, "The future now!".
Y ese futuro "que parece cada vez más lejano" es una cita al gran Atahualpa Yupanqui ("con un horizonte abierto, que siempre está más allá"). De algún modo, mezclar a Yupanqui con el Mayo Francés, Kundera y Peter Hammill, tiene una coherencia interna monolítica para mí.
En la grabación Jorge tocó batería y bajo eléctrico, yo canté y toqué la guitarra española, John tocó otra española y la eléctrica, Mauri tocó la eléctrica. En la versión final del disco se grabó una nueva pista vocal, modificando sustancialmente el fraseo. Al final, están los mensajes demoníacos de Julia, que dichos al reves (o al derecho, según se mire) evocan dos viejas canciones populares santarroseñas de la década de los setenta: "Santa Rosa, capital de la alegría" y "La gente quiere que toque, que toque la musiquita". Si no me equivoco los artistas eran Leonardísimo Miranda y Antonio Paco. Eso forma parte de la prehistoria santarroseña para mí. Ya vendrán los expertos a refutarme, y bienvenidos sean.
La mezcla final de este tema es una obra maestra de edición por parte de Jorge: hay tantas texturas y tanto vuelo en las partes instrumentales, que casi hacen olvidar lo largo y cansino de la canción.
No hay ninguna ironía en el hecho de que la música de homenaje a Santa Rosa tenga ritmo de bossa nova. De hecho intentamos disfrazar un poco ese patrón rítmico, pero al final, la forma en que Jorge la tocó estuvo tan buena que la dejamos tal cual.
En el video, se utilizaron a mansalva las imágenes santarroseñas de Jimmy Rodriguez, además de una foto de don Ata y otra de Kundera.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

After concert


4.- Separación de bienes

Como el anterior, este tema corresponde al período de fines de 2002 y comienzos del 2003, e integraba un proyecto de disco que se iba a llamar "Sol negro", que es una definición poético-psicológica del duelo, pero que luego fue empleada para un programa de televisión, así que desistí de usar ese título. Por otra parte, la vorágine de mi vida por aquellos tiempos me impidió sentarme tranquilo a grabar, o a concentrarme en un proyecto artístico personal. Las relaciones humanas se comieron todas mis energías por aquellos días.

Esta es una canción que intenta emular a Chico Buarque, siempre tan quirúrgico y cruel para describir la humillación de una separación: "Trocando miúdos", "Atrás da porta", "Olhos nos olhos", etc.

Creo que encontré una vuelta de tuerca aquí cuando, hablando de ese doloroso proceso de dividirse las cosas comunes acumuladas durante una pareja, se descubre que en realidad lo más grave que se pierde es esa parte de uno que el otro se lleva. De ahí que empiece a bromear con la pérdida de pedazos del cuerpo: "llevate este brazo, total, mirá qué lindo muñón me ha quedado"; "llevate este ojo, mejor tuerto que bizco", o "de mi corazón me dejás un par de ventrículos?".

El estribillo nació de una combinación de ideas. Un poco inspirado en "From a midnight train" de The Blue Nile, y otro poco, como un intento explícito de homenajear a Spinetta, tomando de su enorme cantidad de canciones, los pedacitos que hablaban de enseres hogareños. Aquí, luego de que nadie ganara el concurso lanzado en Facebook, están las respuestas de a qué canción pertenece cada fragmento:

"platos de café": Cantata de puentes amarillos;

"patas de mueble de bronce": Jugo de lúcuma;

"impalas en tu estante": Los libros de la buena memoria;

"las uvas viejas de un amor en el placard": Credulidad;

"la valija pesa": Laura va; y

"y tu amor es una vieja medalla": de la canción del mismo nombre.

Cuando la hacíamos con Fina Estampa, esta canción era más lenta, oscilaba entre un blues y un shuffle, creando un clima parecido a "Los libros de la buena memoria". Para el disco se me ocurrió hacerla más "up tempo", como un demito que había grabado en 2004, dándole un toque de marchita parecido a "Penny Lane", donde el piano machacante lo hacía con la guitarra. De ahí que la batería suene tan precisa y entusiasta. Al momento de mezclar, se nos ocurrió probar con hacer desaparecer mi guitarra, y ahí quedó este fenomenal trío de jazz: Jorge en batería, Hernán en bajo, y John en guitarra eléctrica. Creo que el resultado es impactante: Menos es más!

Las imágenes del video fueron extraídas de www.heyhotshot.com/blog/contenders/

martes, 22 de septiembre de 2009

3.- Frágil y fugaz

Esta es, probablemente, la mejor canción que escribí en mi vida, y la más misteriosa en su origen. Lamentablemente, nunca me he sentido satisfecho con mis distintas versiones de ella. Probablemente otro intérprete le haga más justicia. Hasta último momento Liliana Herrero iba a cantar aquí, pero por sus miles de compromisos no pudo ser, pese a su buena predisposición.
La idea central me la proveyó mi amigo Oscar Nocetti, en un momento muy zen, mientras yo atravesaba la parte más dura de mi primer divorcio. La conversación, que me llevó a una extraña epifanía, rondaba alrededor de cómo la fugacidad y la fragilidad son parte de la belleza. Hoy es primavera y lo vemos con claridad. Los perfumes que hoy nos embriagan, por definición, no durarán. No debemos apegarnos a ellos, sólo disfrutarlos mientras están. No debemos intentar poseerlos. En todo momento, estas imágenes me evocaron las pinturas de paisajes orientales, como las que tomé prestadas para el video. De aquella conversación hoy hace, exactamente, siete años. Feliz cumpleaños, Oscar.
Me llevó un tiempo poder plasmar estos conceptos tan inasibles en una canción. Y ocurrió de un modo totalmente repentido e inopinado. Yo estaba en Brasil, cuatro meses después, en un viaje solitario que intentaba culminar aquel duelo. Pero estaba solo y no la estaba pasando necesariamente muy bien. Una mañana, en una playa de Portobello, mientras caminaba, comencé a cantar estas estrofas, que fueron saliendo una a una, y al cabo de media hora la canción ya estaba allí. Ni siquiera tenía una guitarra para comprobar la armonía. Tampoco tenía clara la imagen de una mujer a la que dirigir la plegaria.
La primera estrofa está inspirada en la canción "Rose music" de Arto Lindsay, grabada en el disco "Beauty" de Ryuichi Sakamoto: "Does a rose lose its colour in the rain?", mezclada con un pensamiento recurrente en mí por aquella época, la idea de que bajo la luna todo se ve en blanco y negro. Luego vino la evocación del río y sus piedras eternas, que me venía de un reciente viaje a Catamarca donde había redescubierto ese placer. Está la idea de que la eternidad debe parecerse al amor, la idea de que los amantes se llevan algo físico del otro, la idea de que el amor implica y necesita del dolor, como la rosa incluye a sus espinas "que me hacen sangrar, y me hacen cantar".
Hay algo clásico y bastante fascinante en comenzar hablando de la rosa, como en una lección de latin, en un texto de Borges o en la novela de Umberto Eco.
Vuelto de Brasil, la primera ocasión en que tuve una guitarra en mis manos (fue la primera noche, en casa de Henry) toqué la canción, de punta a punta, sin revisar la armonía a medida que ésta progresaba (y aclaro que no es una armonía demasiado sencilla). Si existen las musas, ese día estaban conmigo. Y también estaba Chico Buarque, a cuya "Futuros amantes" esta melodía evoca vagamente.

La letra:


¿Acaso la rosa pierde su color
bajo de la luz de la luna, mi amor?
ay! yo no lo sé, ay! yo no lo se.


¿Acaso las piedras pierden todo filo
tras años de estar bajo el agua del rio?
ay! yo no lo se, ay! yo no lo se.


Mas sé sin dudar que el misterio final
no será distinto a esta forma de amar
y sé que no hay nada de bello que no
sea también, a la vez, frágil y fugaz.


¿Acaso mi cuerpo se lleva tu olor,
acaso un hueco de mí queda en vos?
supongo que vos, que vos lo sabrás.


Por eso mi amor, no me ahorres dolor
amo las espinas que cubren tu flor
y me hacen sangrar, y me hacen cantar.

Y sé sin dudar que el misterio final
no será distinto a esta forma de amar
y sé que no hay nada de bello que no
sea también, a la vez, fragil y fugaz
fragil y fugaz, frágil y fugaz.

Arte







El disco todavía no tiene definido el arte de tapa. Lancé un evento en Facebook, convocando a mis amigos artistas plásticos a que aporten ideas, partiendo de la base del título. La primera ilustración era una mano abierta ofreciendo una flor. Raúl Fernandez Olivi sugirió que esa mano fuera la de un gorila. Jimmy Rodriguez fue el que hizo la contribución más concreta, es la tercera de las imágenes que vemos aquí, explotando su lado más pop.

2.- Te regalé unas cuentas indias

"Te regalé unas cuentas indias" es una de las dos canciones del disco cuya letra no me pertenece. Su autor es un poeta mayúsculo de La Pampa y del universo, llamado Juan Carlos Bustriazo Ortiz. Recién ahora está comenzando a cobrar alguna notoriedad a nivel nacional, pero esta obra data de su libro "Elegías de la piedra que canta", escrito sobre fines de la década del sesenta.

No me considero muy autorizado para hacer un análisis de este poema, que considero sublime. Como todo el libro, está inspirado por una mujer, pero además contiene buena parte de la imaginería y las obsesiones de Bustriazo: el mundo mineral y vegetal, los pueblos originarios "que están sin frente". Existen, afortunadamente, varios sitios en la web dedicados a la obra de Bustriazo.

La melodía la compuse durante 2003, cuando aún tocaba en una banda local llamada Catalinatom. La canté por primera vez en público en un programa de Radio Noticias, en diciembre de ese año. Se me ha ido el nombre del programa, pero no el de sus conductores, Nico Bompadre, Damian Repetto y Diana Russo. Es como un aire de milonga, que finalmente en el arreglo viró a una cosa más jazzística. Creo que era necesario ese giro, para evidenciar también que este poema, como el libro que lo contiene, representa un quiebre respecto de los primeros libros de Bustriazo, más dominados por el género folclórico.

Bustriazo es universal, y eso quisimos reflejar. No por minimizar al folclore, sino en todo caso para inyectarle otros contenidos, otra savia.

El video ya fue publicado en Facebook y allí recibió muchos elogios la base rítmica que componen la batería de Jorge y el contrabajo de Hernán. Alguien (el fotógrafo Jimmy Rodriguez, algunas de cuyas obras se ven en el video) lo comparó con el disco "Offramp" de Pat Metheny Group, y no está muy lejos de la verdad. En realidad la fuente de inspiración es un tema de Pat, pero que fue grabado por Gary Burton en su disco "Cool nights": "Take another look".

Originalmente el solo que había compuesto y tocado en guitarra española, le daba un toque tanguero a la cuestión, pero cuando vino John y desplegó su fantasía... bueno, tapamos lo mío con un oscuro manto de piedad. Me conformo con que hayan quedado mi piano, mi española, y mi guitarra eléctrica con vibrato a lo "Twin Peaks".

El video también intenta poner a Bustriazo en un contexto tan pampeano como universal. Hay varias fotos del poeta, e imágenes de algunos paisajes pampeanos: Utracán, las Salinas Grandes, las pinturas rupestres de Lihue Calel, tan caras al poeta. También hay obras de artistas plásticos pampeanos como Raúl Fernandez Olivi, Marta Arangoa y el ya mencionado Jimmy, que aporta su visión del desierto. Hay también un par de fotos de Calfucurá y de Mariano Rosas, además de la obvia referencia a las piedras y las cuentas de collares.

Como todo esto no conlleva ni la intención ni la perspectiva de ganar dinero, me siento más o menos impune para reproducir aquí el poema, tal como lo concibió su autor (esto es, no dividido en estrofas como la canción me obligó a hacer):


Te regalé unas cuentas indias y había un color de aroma hereje tan sobre mí caía el cielo amarilleaba su piel verde yo sé que labro joya oscura sólo por vos que me la entiendes porque a vos te hablo en esta piedra enrumorada de caldenes quién sino vos me la naciste y en quién sin vos ella se mece te di en la tierra qué colores sonorositos magamente remotas gemas de collares
ascuas de piedras de otras gentes besos de piedras recobradas entre tus manos vieja fiebre alegría vieja o amoríos de aquella aquel que están sin frente te regalé gualicheríos piedras de dulces
redondeles.

lunes, 21 de septiembre de 2009

El proceso


El disco se grabó en el estudio Famara, de Jorge. Empezamos en noviembre de 2007 con un metrónomo, una voz y una guitarra española. Existe una versión en demo de ese esqueleto sobre el cual trabajamos después.
Sobre eso, lo primero que ocurrió fue que Jorge tocó las baterías. La mayoría de estas tomas salieron de una, no hubo que repertirlas. Entonces apareció John y grabó sus guitarras en tres días. Luego grabamos los bajos, las otras guitarras, y toda la miscelánea de instrumentos. El ultimo tema en tomar forma fue "Canción de la luna", que difiere mucho de los otros en cuanto instrumentación: tiene un cuarteto de cuerdas escrito por mí, y un glockenspiel tocado por Jorge. Las últimas pistas grabadas fueron las voces definitivas, en agosto pasado. Aquí en la foto estamos junto a Jorge y Lucy cuando ella grabó sus partes vocales, antes de irse a España. El disco inicialmente iba a constar de doce canciones, pero hubo dos que nunca logramos hacer sonar convincentemente. La mas bizarra de todas es "Canción de amor miserable", de la que probablemente Tom Waits haría una versión interesante. Es (una vez más) un bolero. La letra:

Perdón
Soy culpable de un amor
Que no tiene ton ni son
Ni barreras, ni recato, ni pudor

Perdón
Por hacerte tropezar
Cuando trato de ayudar
Por mirarte, por hablarte, por estar

Perdón
Por el semen que manchó
Tu camisa de algodón
Por las lágrimas, la baba y el sudor

Perdón
Por desearte más allá
De lo que nadie puede dar
Hasta el punto de olvidarte cuando estás

Perdón
Seguro comprenderás
Que un amor tan especial
Sólo puede consumarse al matar.

1.- MPB

"MPB" es probablemente lo más cercano a un hit que haya compuesto. Data de hace aproximadamente dos años. El título refiere tanto a la sigla común de Música Popular Brasileira, como a las iniciales de la mujer por la que esta canción nació y para la que está dedicada. La canción fue una ofrenda, y una declaración de principios: quiero quedarme quieto, demorarme con vos, y que el mundo se encargue de andar. Un poco zen, pero con apego. Aunque las cosas pretendan distraerme, no tengo tiempo de mirarlas, sólo quiero contemplarte y vivir este amor. Me gusta la referencia retro a un casete y un radiograbador, es una cita directa al tema "Beradero" de Chico César ("Os olhos tristes da fita/rolando no gravador/e a moça cozendo a roupa/com a linha do ecuador"). Me gusta también la referencia al reloj como un "minidictador" que se la pasa aspaventando (o sea, moviendo los brazos como aspas de molino). Me gusta lo de "demorarme con vos". Y, por supueso, el perro como "un dios particular", acaso una referencia al "Personal Jesus" de Depeche Mode. Hay referencia a los perros en la primera y en la última canción del disco. En el video hay una foto de mi recordada fox terrier Pirula. La canción tal como aparece en este video tuvo algunos cambios de letra y mejoró bastante en el sonido en la versión final.

Jorge tocó la batería, Hernán el contrabajo, yo toqué la guitarra española y una eléctrica, primero con vibrato y luego con slide, en un pasaje que me recuerda a David Gilmour en "El gran baile en el cielo". La decisión de usar el sonido slide se tomó a último momento, y no teníamos un caño apropiado para hacerlo, así que terminé tocándolo con un cenicero de vidrio que Jorge tenía en el estudio! Desde luego, el solo es de John Stowell en guitarra acústica. Con Jorge en el momento de la mezcla le agregamos un poco de distorsión y delay para darle más cuerpo (el sonido del John es siempre prístino) así que lo consultamos al respecto. "Ese no es mi sonido, pero si funciona bien para la canción y a ustedes les parece bien, está todo bien", fue su respuesta. Un capo.

Yo estaba convencido de que el tema era muy caetanoso, sobre todo por la "batida" de la guitarra, que recuerda a la de "Vocé é linda". Pero John, cuando lo escuchó por primera vez, lo primero que exclamó fue "Djavan!". Y luego, al llegar al escribillo: "McCartney!". Si pude hacer un estribillo remotamente beatlesco, me doy por más que satisfecho.

Aquí, la letra:


Los ojos de este casete sin final
Me quieren hipnotizar
Girando en el radiograbador
En su caja de cristal
Pero yo no tengo tiempo de mirar


Y las agujas del viejo reloj
No paran de aspaventar
Son como brazos de un minidictador
Y siempre quitan más de lo que dan
Pero yo no tengo tiempo de mirar


Lo que yo quiero demorarme con vos
Y que el mundo se encargue de andar
Ya no pretendo brillar ni volar
Ni torcer en su rumbo a las olas del mar


Un perro pasa por la vereda
Acaso buscando hogar
Es como la imagen de un dios particular
Y su mirada es lo más triste que hay
Pero yo no tengo tiempo de mirar


Lo que yo quiero demorarme con vos
Y que el mundo se encargue de andar
Ya no pretendo brillar ni volar
Ni torcer en su rumbo a las olas del mar

Personal


Además de encargarse de todas las cuestiones técnicas de la grabación, la mezcla y masterización, Jorge Rodriguez tocó todas las baterías e instrumentos de percusión (darbuka, etc.), el bajo eléctrico, y el glockenspiel.

Yo, además de cantar, toqué la guitarra española, guitarras acústicas de 6 y 12 cuerdas, guitarra portuguesa, guitarras eléctricas, mandolina, melódica, piano y violoncello (!), al que conseguí hacer sonar como un ternero.

También cantó en dos temas Lucía García Polavieja, y mi hija Julia hizo su número de hablar al revés dejando un par de mensajes demoníacos para los amantes de Dan Brown.

En la zona baja se desempeñaron también Hernan Basso (contrabajo y bajo eléctrico) y Henry Sapegno (bajo eléctrico).

En varios temas tocó la guitarra eléctrica Mauricio Ponce. Enzo Ludueña tocó violines y viola.

Last but not least, en casi todo el disco puede escucharse la maravillosa guitarra de John Stowell (foto), quien nos visitó en mayo de 2008 y, generosamente, no sólo grabó un solo en una canción que tenía reservada para él, sino que grabó guitarras eléctricas, españolas y acústicas en nada menos que siete canciones. Su presencia en este disco es un verdadero lujo. Si no me creen, vayan a http://www.johnstowell.com/.

Como podrán apreciar por la lista de instrumentos, no se emplearon ni sintetizadores ni samplers. En eso nos parecemos a Queen de la década del '70!

¿Por qué?


Supongo que podríamos empezar por aclarar el motivo del título.

Hay respuestas obvias y otras no tanto.

Supongo que empezó como una broma. Muchas o casi todas las canciones que hacemos hablan del amor, lo que llevó a Henry a comentar que nosotros hacíamos "música romántica". Bromeando con las etiquetas, y como nuestro repertorio incluía autores argentinos, uruguayos y brasileños, se me ocurrió decir que hacíamos música "merco-soul".

En realidad es bastante cómica esta tendencia de nuestro tiempo a crear etiquetas e inventar estilos musicales o artísticos supuestamente nuevos. Ahora resulta que el rap pasó a llamarse hip-hop y después "música urbana", como si el 90% de la música no se hiciera en ciudades. Cuando yo era adolescente al rock de lo llamaba "música progresiva" (!).

Así que lo del romanticismo tiene que ver con la temática, y lo de tardío va un poco por el problema de los destiempos. Este es un disco tardío porque hace mucho que se postergaba. Nuestras romanticidades también suelen llegar tarde o caer en saco roto.

No hemos inventado un género. Si no me equivoco, se habla de romanticismo tardío para referirse, por ejemplo, a Gustav Mahler.

Pero lo nuestro no es tan serio. Una idea para la tapa era una foto de un hombre entrado en años (Homero Simpson?) en actitud de ofrenda o invitación, portando una rosa marchita en la mano.

Grabar un disco, en momentos en que ese formato está casi muriendo, no deja de ser un anacronismo. Hacer canciones de amor, acaso también. De todos modos lo hacemos. Y nos presentamos así, conscientes de nuestro destiempo, nuestra sensiblería lindante con el ridículo.

Apostando a que del otro lado del parlante todavía hay quien quiere escuchar otra "silly love song".

Hola


Hola.

Comienzo a escribir este blog en Santa Rosa, La Pampa, Argentina, el primer día de primavera de 2009. Esta es la historia de un disco y de las canciones que lo componen. Un poco es también mi historia y la de los amigos que me ayudaron a hacer este, mi primer disco.

Me llamo Alberto José Acosta, tengo 46 años y hace casi cuarenta que compongo canciones. La última vez que intenté una cuenta eran más de ciento cincuenta. Parecía una apuesta razonable que diez de todas esas canciones resultaran pasablemente buenas como para componer un disco. De hecho, hace mucho tiempo que quería grabarlo, simplemente no había encontrado a nadie que creyera en mí lo suficiente como para apoyarme en esta empresa que, aclaro desde ya, representó muchas horas de trabajo a lo largo de casi dos años.

La primera y principal de esas personas ha sido mi baterista, bajista, glockenspelista y productor Jorge Rodriguez, con quien compartimos el amor por la música, los viajes, y cierta tendencia a llevar una vida sentimental azarosa.

Durante estos años hemos compartido la amistad, los escenarios, los divorcios y las horas, mientras las canciones iban tomando forma. Aquí en la foto estamos junto a Henry Sapegno, bajista, que también tocó en el disco, y con quien conformamos el trio Fina Estampa. Jorge, este disco es tan tuyo como mío.